Alcoholismo

Alcohol

Reducción de riesgos / Daños

En el plano psicológico

  • Afecta a las emociones (cambios drásticos de humor) y a la facultad del habla.
  • Altera la acción de los neurotransmisores, con lo que se produce una disminución de la alerta, retardo de reflejos, cambios en la visión, temblores, etc.
  • Daña las células cerebrales y los nervios periféricos.
  • Produce trastornos del sueño e impide dormir bien y descansar.
  • Disminuye la vitamina B1, lo cual provoca alteraciones en la memoria de la persona.
  • Aumenta el riesgo de padecer depresión.
  • Afecta a la capacidad de concentración y las funciones motoras (caminar, correr, mover los brazos o las piernas, etc.).
  • Puede provocar periodos de amnesia y alteración profunda de la conciencia (horas, minutos e, incluso, días).

En el plano orgánico

  • Músculos: miopatía aguda o crónica
  • Sistema Nervioso: polineuropatía alcohólica, neuritis óptica, encefalopatía de Wernicke, psicosis de Korsakov.
  • Estómago/Esófago: gastritis crónica y aguda, reflujo gastroesofágico, pirosis y vómitos, carninoma esofágico.
  • Cardiovascular: hipertensión arterial, arterioesclerosis, miocardiopatía alcohólica.
  • Hígado: esteatosis hepática, hepatitis alcohólica, cirrosis alcohólica.
  • Páncreas: pancreatitis aguda y crónica.
  • Intestino: Deficiencias nutricionales, cuadros diarréicos y de malaabsorción.
  • Genitales: disminución de la líbido, impotencia, atrofia testicular, infertilidad.

Alcohol

Reducción de riesgos / Daños

En el plano psicológico

En el plano orgánico

Afecta a las emociones (cambios drásticos de humor) y a la facultad del habla.

Altera la acción de los neurotransmisores, con lo que se produce una disminución de la alerta, retardo de reflejos, cambios en la visión, temblores, etc.

Daña las células cerebrales y los nervios periféricos.

Produce trastornos del sueño e impide dormir bien y descansar.

Disminuye la vitamina B1, lo cual provoca alteraciones en la memoria de la persona.

Aumenta el riesgo de padecer depresión.

Afecta a la capacidad de concentración y las funciones motoras (caminar, correr, mover los brazos o las piernas, etc.).

Puede provocar periodos de amnesia y alteración profunda de la conciencia (horas, minutos e, incluso, días).

Patologías que pueden tener relación con el abuso de alcohol son:

Músculos: miopatía aguda o crónica.

Sistema Nervioso: polineuropatía alcohólica, neuritis óptica, encefalopatía de Wernicke, psicosis de Korsakov.

Estómago/Esófago: gastritis crónica y aguda, reflujo gastroesofágico, pirosis y vómitos, carninoma esofágico.

Cardiovascular: hipertensión arterial, arterioesclerosis, miocardiopatía alcohólica.

Hígado: esteatosis hepática, hepatitis alcohólica, cirrosis alcohólica.

Páncreas: pancreatitis aguda y crónica.

Intestino: Deficiencias nutricionales, cuadros diarréicos y de malaabsorción.

Genitales: disminución de la libido, impotencia, atrofia testicular, infertilidad.

Alcoholismo

Cocaína

Reducción de riesgos / Daños

En el plano psicológico

En el plano orgánico

El consumo crónico y abusivo de cocaína puede provocar importantes trastornos psíquicos, similares a los provocados pro las anfetaminas, tales como ideas paranoides y depresión.

La dependencia psíquica de la cocaína es una de las más intensas entre las provocadas por las drogas.

La supresión del consumo tras un período prolongado, da lugar a un fenómeno de rebote, caracterizado por somnolencia, depresión, irritabilidad, letargia, etc.

Tanto por su actividad cerebral como por la vía habitual de administración, el consumo crónico de cocaína puede causar:

Pérdida de apetito.

Insomnio.

Perforación del tabique nasal.

Patología respiratoria: sinusitis e irritación de la mucosa nasal.

Riesgo de infartos/hemorragias cerebrales.

Cardiopatía isquémica.

cocaina

Cannabis

Reducción de riesgos / Daños

En el plano psicológico

En el plano orgánico

El consumo diario de hachís puede ralentizar el funcionamiento psicológico del usuario, entorpeciendo sus funciones superiores relacionadas con el aprendizaje, la concentración y la memoria.

Otro tanto cabe decir de la ejecución de tareas complejas que requieran lucidez mental y coordinación psicomotora, como pueden ser conducir un vehículo a motor, tomar decisiones o subir a un andamio.

Pueden darse reacciones agudas de pánico y ansiedad.

En personas predispuestas puede favorecer el desencadenamiento de trastornos psiquiátricos de tipo ezquizofrénico.

Respiratorias: tos crónica y bronquitis en consumidores habituales de dosis elevadas.

Cardiovasculares: empeoramiento de síntomas en personas que padezcan hipertensión o insuficiencia cardíaca.

Sistema endocrino: altera las hormonas responsables del sistema reproductor y de la maduración sexual, disminución del número y movilidad de los espermatozoides.

Sistema inmunitario: el uso crónico del cannabis reduce la actividad de este sistema.

Los riesgos asociados al consumo de derivados del cannabis se explican tanto por las peculiaridades de su principal activo, el THC, como por el hecho de que se consuma habitualmente fumado.

cannabis

Heroína

Reducción de riesgos / Daños

En el plano psicológico

En el plano orgánico

Alteraciones de la personalidad.

Alteraciones cognitivas, como problemas de memoria.

Trastorno de ansiedad y depresión.

Dependencia psicológica, que hace que la vida del consumidor gire obsesivamente en torno a la sustancia.

Adelgazamiento, estreñimiento, caries, anemia. insomnio, inhibición del deseo sexual, pérdida de la menstruación, infecciones diversas (hepatitis, endocarditis, etc.) asociadas a las condiciones higiénico-sanitarias en que tiene lugar el consumo, y al estilo de vida del consumidor.

Su consumo habitual genera tolerancia con rapidez, por lo que el consumidor necesita aumentar la dosis para experimentar los mismo efectos. Ello explica el riesgo de sobredosis tras un período de abstinencia.

Elevada dependencia, acompañada de un desagradable síndrome de abstinencia (el mono) si se suspende el consumo, o se administran dosis inferiores a aquellas a las que el organismo se ha habituado. Éste síndrome se caracteriza por síntomas como: lacrimeo, sudoración, rinorrea, insomnio, náuseas y vómitos, diarrea, fiebre, dolores musculares, etc. acompañados de una fuerte ansiedad.

heroina

La heroína atraviesa fácilmente la barrera hematoencefálica y llega rápidamente al cerebro ocasionando alteraciones en los neurotransmisores cerebrales. También atraviesa la barrera placentaria y, en mujeres embarazadas, puede afectar muy negativamente al desarrollo del feto. Es adulterada con diversos productos a veces muy tóxicos, pudiendo producir septicemias y otras infecciones graves. Cuando se utiliza la administración intravenosa, la inyección puede dañar las venas provocando trombosis y abscesos. Además, si se comparten las jeringuillas para inyectarse («chutarse», «pincharse») o no se utilizan jeringas estériles cada vez, se puede transmitir e infectar con el VIH (virus causante del SIDA).

Metanfetamina

Reducción de riesgos / Daños

Además de ser adictos a la metanfetamina, los consumidores crónicos de la droga revelan síntomas que pueden incluir comportamiento violento, ansiedad, confusión, e insomnio. También pueden demostrar varias características psicóticas, incluyendo la paranoia, alucinaciones auditivas, ánimo alborotado, y delirio (por ejemplo, la sensación que insectos le caminan sobre la piel). Además, la paranoia puede provocar pensamientos de homicidio y/o de suicidio.

La metanfetamina tiene efectos tóxicos. En los animales, una sola dosis alta de la droga ha revelado un gran daño a los terminales de los nervios en las regiones del cerebro que contienen dopamina. Se cree que el gran desprendimiento de dopamina producida por la metanfetamina contribuye a estos efectos tóxicos en los terminales de los nervios del cerebro. Dosis altas de la droga pueden elevar la temperatura del cuerpo a niveles peligrosos, a veces mortales, y también pueden causar convulsiones.

La metanfetamina es un estimulante clasificado en la «Schedule II», lo cual significa que la droga tiene un alto potencial de ser abusada y es disponible solamente por medio de recetas médicas que no se pueden renovar. Existen algunas razones médicas aceptables para el uso de esta droga, como el tratamiento de la narcolepsia, el desorden caracterizado por déficit de atención, y para uso, a corto plazo, del control de la obesidad; pero estos usos médicos son limitados.

Los efectos de la metanfetamina pueden durar de 6 a 8 horas. Después de la «sensación eufórica» inicial, hay un estado de alta agitación en algunos individuos que los puede conducir a que se comporten violentamente.

metanfetamina

Anfetamina

Reducción de riesgos / Daños

En el plano psicológico

En el plano orgánico

Cuadros psicóticos similares a la esquizofrenia, con delirios persecutorios y alucinaciones.

Depresión reactiva.

Delirios paranoides.

Intensa dependencia psicológica.

Hipertensión.

Arritmia.

Colapso circulatorio.

Trastornos digestivos.

La pérdida del apetito es frecuente lo que conlleva a una situación de desnutrición y mayor vulnerabilidad a enfermedades e infecciones. El síndrome de abstinencia se presenta con un cuadro muy grave de depresión, letargia y cansancio, lo que puede llevar a tomar grandes dosis de anfetaminas para mitigar este estado. El consumo excesivo de anfetaminas puede generar psicosis: las personas se sienten fuera de sí mismas, creen que las persiguen o que les vigilan. Tras un consumo prolongado, además de un intenso agotamiento puede dar lugar a las siguientes alteraciones:

Anfetaminas

Éxtasis

Reducción de riesgos / Daños

En el plano psicológico

En el plano orgánico

Crisis de ansiedad.

Trastornos depresivos.

Alteraciones psicóticas.

Aumento severo de la temperatura corporal (hipertermia maligna).

Arritmia.

Convulsiones.

Insuficiencia cardíaca.

Rabdomiólisis.

Coagulopatía.

Hemorragias, trombosis e infartos cerebrales.

Insuficiencia hepática.

Hay personas que son especialmente sensibles al éxtasis e incluso una dosis muy pequeña puede producirles consecuencias muy graves. Si lo mezclas con alcohol, el riesgo de sufrir una reacción adversa aumenta enormemente. Si sufres de hipertensión, problemas de corazón, epilepsia, asma o estás embarazada o tomando antidepresivos NO debes probar el éxtasis. Hay graves riesgos asociados al éxtasis debido a su consumo en los ambientes congestionados en los que a menudo tiene lugar y bajo las condiciones de baile intenso.

éxtasis

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